El pasado sábado 7 de diciembre, en el barrio El Tintal, al suroccidente de Bogotá, un hallazgo estremecedor marcó la vida de Ana María Tapia, patrullera de la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog). Mientras realizaba labores de patrullaje cerca del CAI Tintal, Ana atendió el llamado de un reciclador que descubrió a una recién nacida dentro de una bolsa de basura en un contenedor.
La bebé, abandonada sin ninguna prenda de vestir, fue rescatada por Tapia, quien no dudó en intervenir a pesar del impacto de la escena. “Fue un momento muy difícil, pero sentí que debía actuar de inmediato para salvarla”, relató la patrullera.
Desde entonces, Ana María ha manifestado su deseo de adoptar a la pequeña, a quien nombró Ana Lucía, en honor a su nombre y al de su compañera que la acompañó durante el rescate. “Lucía significa luz, esperanza, y eso es lo que quiero darle a esta niña”, expresó Tapia.
La bebé, quien ahora se encuentra en óptimas condiciones bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha recibido atención médica mientras se define su futuro. Paralelamente, las autoridades han identificado a su madre biológica, una adolescente de 15 años que dio a luz sin asistencia y decidió abandonarla.
Ana María, quien no tiene hijos, ha iniciado el riguroso proceso de adopción en Colombia, enfrentando evaluaciones psicológicas, sociales y legales que buscan garantizar el bienestar de la menor. Sin embargo, su amor y determinación son evidentes. “Quisiera adoptarla porque es muy triste ver cómo abandonan a una bebé”, comentó la oficial.
La historia de Ana Lucía ha conmovido a la comunidad, que ha mostrado su apoyo a la patrullera en este proceso. Mientras Ana Lucía permanece bajo el cuidado del ICBF, Ana María espera con ansias el momento en que pueda ofrecerle un hogar lleno de amor.
FUENTE QUINDIONOTICIAS.COM